El lonko mapuche Antonio Modesto Inakayal, uno de los principales líderes del pueblo Mapuche, murió en 1888 en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Luego de ser tomado prisionero vivió allí sus últimos años junto a parte de su familia. Su figura se convirtió en uno de los símbolos del genocidio Mapuche.
Durante las décadas previas a la conquista Inakayal había logrado mantener relaciones amistosas con el gobierno argentino. Una vez desatada la ‘campaña al desierto’ y las hostilidades contra su pueblo, resistió hasta el final: fue uno de los últimos lonkos en entregarse el 18 de octubre de 1884. Tanto él como el resto de los sobrevivientes fueron confinados en campos de concentración, obligados a caminar cientos de kilómetros -primero hasta Valcheta, luego hasta Carmen de Patagones, y después trasladados en barco a Buenos Aires. Una vez allí, el Perito Francisco Moreno pidió que lo llevasen, tanto a él como a su familia, al museo de La Plata. El objetivo de Moreno: ‘estudiar a las razas que se extinguen’.
Además de ser obligados a trabajar y vivir en el sótano del museo, tanto él como otros sobrevivientes de la Campaña al Desierto fueron exhibidos, estudiados y fotografiados como objetos. Sus restos estuvieron en las vitrinas del museo primero, y tirados en un depósito después, hasta que un colectivo de antropólogos logró que restituyeran parte de los restos a su comunidad.